Alcalá del Júcar, a tan solo 15 minutos de Villaestanque, es uno de los pueblos más pintorescos de Albacete, de ineludible visita para los amantes del turismo rural, de aventura o de quien quiera dejarse impresionar por el riquísimo patrimonio de un municipio único, declarado Conjunto Histórico – Artístico por Real Decreto de 1982.
Al entrar en la comarca desde Casas del Ves hacia Alcalá del Júcar, Siguiendo uno de ellos, el de La Hoz del Júcar, el paisaje en torno al río es muy agreste y corre entre cañones de una belleza extraordinaria. Esta singularidad hace de Alcalá del Júcar uno de los pueblos más espectaculares y pintorescos de toda la Manchuela, que nos sorprende a la distancia, en cuanto aparece ante nuestros ojos. Sus casas se encajan por la ladera trepando hacia el castillo desde los pies del río; un caserío bien conservado y algunas casas excavadas en la roca, configuran un cuadro mil veces reproducido, pero que al natural te llama a la contemplación.
Alcalá del Júcar es sin duda, el núcleo turístico más importante de La Manchuela, y símbolo de esta comarca sin igual.
Tal y como su nombre indica, se emplaza a orillas del río Júcar, en su tramo final en la comunidad castellanomanchega, antes de entrar a tierras valencianas, donde desemboca. En ese paso, el río traza una garganta que dibuja un sinuoso paso que constituye uno de los principales atractivos de Alcalá de Júcar, y que condiciona la disposición de las casas, que trepan por las laderas aprovechando el meandro.
Estrechas calles que trepan hacia el Castillo, pequeñas viviendas, escaleras escarpadas, huertecillas y por supuesto, las típicas cuevas, hacen de Alcalá del Júcar un conjunto arquitectónico y natural único.
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